Iván Serra (1972). Tarraconense. Es nuestro nuevo miembro y piloto de la familia KAMIKAZE y es uno de los nuevos miembros que más experiencia tiene en el mundo del guionismo y artes audiovisuales.
Ha ejercido como profesor en la Escola Narrativa Audiovisual de la Mediterrània y ha trabajado para varias empresas audiovisuales y de videojuegos como guionista y consultor en compañías como la de Pilar Rasilla.
Además, lleva 7 años siendo profesor en la ECIR (Escola de Cinema de Reus) donde, aparte de enseñar a escribir guiones, trabaja con sus alumnos técnicas de mejora, autocorrección y análisis de la estructura cinematográfica.
Algunos de sus trabajos son:
- “Tina”, guion de terror seleccionado en el apartado de Guiones Excelentes de Filmarket Hub.
- “Paparazzi”, comedia romántica, seleccionada en el apartado de Guiones Excelentes de Filmarket Hub.
- “El Crédito”(2019), cortometraje que obtuvo el primer premio en el XXIII Certamen Internacional de Guiones Cinematográficos de la Universidad de la Laguna.
P: ¿Cuál es tu formación académica y profesional?
R: Abandoné los estudios tras acabar el ya desaparecido Bachillerato Unificado Polivalente por amor. Visto desde mis cincuenta años, no se me ocurre motivo más estúpido y acertado a un tiempo. Una historia curiosa que merece ser contada como es debido, o como es “bebido”, que hay tragos que despiertan los recuerdos de la forma adecuada. A lo largo de mi vida, he trabajado en más oficios de los que caben en una vida…camarero, administrativo, celador de hospital, vigilante de seguridad, relaciones públicas, comercial de telefonía, comercial de publicidad, vendedor en una tienda de juguetes, visitador médico, jardinero, recepcionista de hotel y policía, pero cada día de mi vida, allá donde mis pasos me llevaran, siempre, siempre, recuerdo haber escrito.
P: ¿Cuándo y cómo comenzó tu interés por la escritura de guiones?
R: El origen de todo fue la admiración por mi hermano mayor, cinéfilo empedernido, crítico cinematográfico y guionista. Siendo el primer lector de mis cuentos cortos y demás escritos, me hizo la propuesta más deshonesta que me han hecho en la vida “¿Y por qué no escribes guiones?” En aquellos tiempos, David, que así se llama mi hermano, era profesor en Málaga de la ENAM (Escuela de Narrativa Audiovisual de la Mediterránea).
Me presentó a Luís Montrás, compañero suyo, quien se convirtió en mi maestro particular. Impartían la teoría de Albert Dumortier, analista de guiones y hombre de cine, que vino a España para dar clases en el Taller de Guionistas, en Barcelona. Lluís Montrás era un profesor espléndido y tuvo la paciencia de reconducir mi escritura novelesca al modo audiovisual.
El proceso duró un año y aunque hoy en día y desde hace diez años soy yo el que imparte clases en la Escola de Cinema de Reus, el entusiasmo perdura y aún sigo aprendiendo.
P: ¿Cuál fue el primer guion que escribiste y qué te impulsó a hacerlo?
R: Aunque ya había escrito pequeños guiones, para cortometrajes y alguna cápsula de humor, el primer guion de largometraje que escribí fue “Tartarus”. Trataba sobre las peripecias y desgracias que sufrieron los cautivos franceses de la isla de Cabrera, cercana a Mallorca, durante la guerra de la Independencia ¡El primer campo de concentración de la historia! De catorce mil prisioneros, tan solo unos trescientos sobrevivieron al cautiverio.
Recuerdo que vi un cruento reportaje en Cuarto Milenio, conducido por Iker Jiménez y el relato me impactó de tal manera, que no podía sacármelo de la cabeza. Seguí paso a paso todo aquello que yo mismo enseñaba a mis alumnos y dediqué mucho tiempo a la documentación. Viajé a Mallorca, hablé con la arqueóloga de la isla y tal y como les ocurrió a esos desgraciados, que acabaron tan muertos de hambre que llegaron al canibalismo, las corrientes impidieron que pudiera visitar Cabrera.
Visto en perspectiva, el guion es demasiado literario y denso, pero disfruté muchísimo escribiéndolo y no tengo ninguna duda de que algún día trabajaré en una nueva versión.
P: ¿Cuál es tu género cinematográfico o televisivo favorito y por qué?
R: Aunque, desde niño, mi género favorito es el terror, soy un agradecido espectador de cualquier historia bien contada. El terror me devuelve a la infancia, a mis lecturas de Poe, Lovecraft, Stephen King, a los cines donde mi hermano me tapaba los ojos cuando las cosas se ponían duras. Lo hacía de tal manera de que pudiera ver al monstruo entre sus dedos, así que mitigaba mis miedos sin perderme la película.
Con el sarcasmo y visión crítica adquirido, tras medio siglo de vida, hoy en día agradezco más la emoción de la carcajada, así que de forma natural he derivado a la comedia… en cualquier caso, no son incompatibles.
P: ¿Tienes algún autor de guiones o cineasta que te haya inspirado especialmente?
R: Billy Wilder es mi favorito de todos los tiempos, aunque hoy en día, las plataformas ofrecen series donde los guionistas han cobrado un merecidísimo protagonismo. Hay guionistas maravillosos. Imposible quedarse con uno.
P: ¿Qué técnicas o herramientas utilizas para estructurar tus historias?
R: Suelo cobrar por dar esa información… recuerda que soy catalán. Ahora en serio, lo más importante es encontrar una idea, con conflicto y movimiento, de la que enamorarse. Luego elaboro un primer esbozo, en forma de argumento primigenio y extraigo una escaleta en tres actos con los hechos principales. Trabajas los personajes a fondo y con ellos en juego, desarrollas los conflictos en una escaleta más elaborada. Me gusta escribir un tratamiento literario con la historia completa, antes de lanzarme a escribir una primera versión del guion.
P: ¿Qué desafíos enfrentas durante el proceso de escritura y cómo los superas?
R: ¡La vida! ¡El millar de razones para no escribir! Procrastinar forma parte del proceso de escritura. Es una batalla contra uno mismo y tus circunstancias. Cada cual tendrá su manera de enfrentarse a ello; en mi caso, como antes mencioné es estar tan enamorado de la historia que quieres contar que no tengas más remedio que escribirla. Conseguirlo exige disciplina y pase lo que pase, escribir todos los días, sin excusas.
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P: ¿En qué momento del proceso de escritura de guiones te sientes más cómodo y por qué?
R: El momento más gratificante para mí es cuando encuentro la solución a un callejón sin salida. Algo que sobre el papel parecía fácil y luego, al desarrollarlo, te das cuenta de que te has metido en un jardín. El subidón de adrenalina es muy parecido al de lanzarse en paracaídas.
Donde me siento más cómodo es estructurando y escaletando. La experiencia ayuda mucho en esos momentos intermedios y lo que al principio parece un paso complicado, se automatiza.
Donde me siento más feliz, es cuando escribo la primera versión del guion y escucho, por primera vez, la voz de los personajes.
P: ¿Qué consejo le darías a alguien que busca entrar en la industria de la escritura de guiones?
R: Primero le avisaría de que no existe ninguna “industria de escritura de guiones”. Existen las historias y existe la manera particular de contarlas, que es lo que nos convierte en necesarios. Luego, poner un par de velas y rezar nunca viene mal. Y salir de la cueva y hacer contactos. Recordarle que, muchas veces, los que deciden si un guion se convierte en película no son guionistas y si lo son, quieren convertir en película sus propios proyectos. Si de verdad quieres ser guionista, escribe, escribe, VIVE y escribe.
P: ¿Cuál es tu enfoque para escribir diálogos y cómo mantienes la autenticidad en las voces de los personajes?
R: Antes de lanzarse a dialogar, existe un trabajo profundo y serio en las fichas de personaje. Conocerlos es imprescindible para dotarlos del decoro poético necesario para que sus voces sean únicas. Su modo de hablar, lo que dicen y lo que callan, viene determinado por quienes son, qué quieren y de dónde vienen.
El diálogo, que ayuda a hacer avanzar la historia o a dar una información, debe ser revisado para huir de lo explicativo y complacer al espectador a través del subtexto. Lo que no se dice es más importante que lo que se dice.
P: ¿Qué opinas sobre la evolución de la industria audiovisual y cómo afecta a los guionistas?
R: La aparición de las plataformas y la competencia por atraer clientes ofrece, a priori, una oportunidad histórica para la aparición de nuevos guionistas. La realidad es que nadie te está esperando. Las productoras tienen en su mayoría sus propios proyectos y guionistas de confianza –algo por otro lado, lógico, teniendo en cuenta lo mucho que hay en juego. La pandemia afectó a la industria y provocó un embudo que a día de hoy no han conseguido normalizar. Conozco productoras de renombre obligadas a reducir sus plantillas a la mínima expresión y ningún empleo está a salvo. Aun así, si consigues cruzar el primer campo de minas, nadie es tan estúpido para rechazar un guion excelente y, en cualquier caso, el trabajo bien hecho te pone en el mapa.
P: ¿Cuál es tu opinión sobre los servicios de streaming y cómo han cambiado la forma en que se consumen series y películas?
R: No estoy muy al día de dichos servicios y sería imprudente hablar de lo que no sé.
P: ¿Tienes algún proyecto en desarrollo actualmente y, de ser así, nos puedes contar un poco sobre él?
R: Actualmente trabajo a diario en una novela y tengo en el escaparate tres proyectos de serie y cuatro largometrajes. Tras la distribución de El Crédito, mi primer cortometraje, en distribución, acabo de terminar un nuevo guion en este formato y está en fase de preproducción.
Por último, estoy puliendo el piloto de una serie titulada “Chamanika”. Se trata de un thriller con elementos paranormales. Estoy entusiasmado con este proyecto.
P: ¿Cuál es la mejor parte de ser guionista y qué te motiva a seguir escribiendo?
R: Hasta hace poco, hubiera dicho que lo mejor de ser guionista consiste en atrapar ideas maravillosas y convertirlas en historias con la capacidad de emocionar. Es muy gratificante sugerir, a través de las palabras, una visión que un director hace suya y que luego un equipo se desvive para materializar.
Hoy en día, gracias a haber asistido a varios festivales donde proyectaban mi cortometraje “El crédito” puedo afirmar sin equivocarme que lo más gratificante de ser guionista es el placer de ver al público emocionarse con tu relato. Ver cómo ríen, o cómo contienen el llanto, o simplemente darte cuenta de que, por unos minutos, están atrapados en el universo que has creado.
P: ¿Qué consejo le darías a tu yo más joven que está empezando en la escritura de guiones?
R: Escribe hoy. Todos los días. Siempre.
P: ¿Qué piensas sobre la formación y educación en escritura de guiones, y qué recursos recomendarías a quienes estén interesados en aprender más sobre el tema?
R: Es que no hay otro camino que formarse. Y luego practicar mucho. Ningún lector de guiones, ni ninguna productora, pasará de la primera página en un guion que no parezca un guion. Una novela puede convertirse en guion, pero no lo es. Por eso se adaptan. .
Además de asistir a cursos específicos de escritura de guiones, recomiendo leer a Blake Snyder, Linda Siegel, Mc Kee… entre muchos otros.
Y sobre todas las cosas, ESCRIBIR.
Bienvenido, Iván. Muchas gracias por tu tiempo